La palabra «Institución» tiene un origen jurídico. En su origen hacía referencia a realidades jurídicas tales como a un testamento, los contratos, etc. No hacía referencia, como en nuestros días sí lo hace, a un edificio u organización corporativa, sino que hacía referencia al derecho que se manifestaba en la acción humana.
Aunque al principio la palabra institución apuntaba a realidades jurídicas, o mejor dicho, al derecho que los jurisconsultos describían en sus escritos1, muy pronto el concepto se desarrolló y amplió llegando a denotar las bases fundamentales de la vida humana. Fue así como el lenguaje, la familia, el individuo, la ley, el derecho, los contratos, la cordialidad, el respeto, la autoridad, gobierno, etc., pasaron a llamarse “instituciones”.
Todas estas instituciones,que normalizan2 o gobiernan la conducta de los individuos humanos, surgen de manera espontánea entre los seres humanos como fruto de una cosmovisión heredada por los padres. Cabe aquí mencionar que los seres humanos siempre viven en sociedad, no por pertenecer a un estado o nación, sino por nacer en una sociedad específica: la familia.3
De esta manera, las instituciones son la base fundamental de todo orden social; son el esqueleto que da forma a la comunidad y que sienta las bases por las que todos los individuos operan y se relacionan entre sí.
La nación es el cuerpo o estructura que contiene en sí, de manera espontánea,todas las instituciones que conforman unorden social, las cuales están interconectadas de forma orgánica y que dan una estructura, o cosmovisión, al individuo que vive en dicha nación. De esta manera, entendemos aquí por nación una “supra-institución” que es el cuerpo o estructura (cosmos si se quiere) que une todas las instituciones que conforman al orden social de dicha nación. Otros llaman a esto cultura, pero al ser este un término tan ambiguo preferimos aquí no usarlo por su ambigüedad.
Si las instituciones que conforman una nación(supra-institución) llegan a ser rechazadas por los individuos que pertenecena la nación, ésta,como una supra-institución, conformada por toda una red de instituciones internas, al ser negadas, su identidad como nación deja de ser, dando paso a una nueva nación (una nueva supra-institución) que estará conformada por las nuevas instituciones que serán establecidas. A esto le llamamos aquí “revolución”.4
Es en estos términos que hemos decidido llamar «Instituto» al Instituto Rushdoony, con el objeto de rescatar, redimir, restaurar, estudiar, enseñar y promover las instituciones cristianas, aquellas instituciones que nuestra actual sociedad está cada día intentando borrar de la historia o intentado abstraerlas de su origen cristiano “neutralizándolas”y tomándolas para sí, negando su origen cristiano.Este es el propósito y misión del “Instituto Rushdoony”.
Con el nombre “Rushdoony” queremos hacer un homenaje al gran pensador Rousas John Rushdoony, quien luchó por recuperar las instituciones cristianas inherentes alorden social cristiano que conformó a la Cristiandad y que dan vida a lanación cristiana. Queremos seguir su espíritu, no arrogándonos ser los legítimos herederos suyos, sino simplemente declarando que la misión y batalla que él seguía y por la que peleó, es digna de seguir y de pelear por nosotros, haciendo uso de los dones y de nuestra individualidad que Dios nos ha dado en su gracia.
En el Instituto Rushdoony planeamos generar debate, discusión, exposición de ideas, escuchar propuestas argumentativas, juzgarlas, entregar material de ayuda, medios de crecimiento y de preparación, etc., etc. Queremos ser un lugar de encuentro donde se desarrolle un pensamiento cristiano original, sin mezcla con el pensamiento pagano, a la vez que reclamamos todo dominio de Cristo sobre todas las áreas del conocimiento. Es por esto que queremos también ejercer dominio sobre las áreas del conocimiento que la iglesia hoy ha abandonado e interpretarlas bajo la luz del único estándar infalible de conocimiento y de verdad: las Sagradas Escrituras.
Esta es una tarea generacional y no creemos que el propósito del instituto llegue a su pleno cumplimiento en su primera generación. Creemos que pasarán varias generaciones hasta que la misión del Instituto Rushdoony se vea cumplida.
Nosotros sólo plantamos, otros regarán,otros podarán, pero el crecimiento sólo lo dará Dios y será en Sus tiempos. Nuestro deseoesobedecer el mandato de la gran comisión con nuestro pequeño granito de arena.
A Dios sea la Gloria y el Imperio, y nosotros la victoria
1 Es importante aclarar que los jurisconsultos (quienes estudiaban el derecho) nunca “crearon” derecho, sino que simplemente iban describiéndolo en la medida que lo iban descubriendo en las interacciones entre los seres humanos.
2 Nos referimos con “normalizan” a la capacidad de convertirse en normas de la conducta humano y no de lo normal o común que se hace. Aunque puedan ser cosas parecidas, lo normal no necesariamente es norma.
3 Sin embargo, el individuo en abstracción de la sociedad sigue siendo un ser humano por muy alejado que esté de cualquier tipo de sociedad, pero si no posee el conocimiento de las instituciones fundamentales de una nación, le será imposible interactuar de manera eficaz con ella, imposibilitando en principio, la interacción. El individuo no deja de ser humano por no tener el conocimiento de dichas instituciones, pues lo sigue siendo en virtud de su esencia y no por su conocimiento o falta de él.
4 Dos ejemplos de revolución según los términos aquí presentados, son el cristianismo y la revolución francesa. El cristianismo presentó una cosmovisión que tenía sus propias instituciones originales, que, al ser abrazado por los individuos convertidos, éstos rechazaron las instituciones de la nación (la supra-institución) romana. Un cristiano romano empezaba a rechazar las instituciones romanas tales como el derecho romano, la institución de
pater familias, el César como Señor del Imperio, el esclavo como res (cosa y no persona), la mujer como la entendía el mundo romano, y un amplio etcétera de instituciones romanas que fueron rechazadas, o estaban en proceso de ser rechazadas, al abrazar el cristianismo. De esta manera, el cristianismo representó una revolución que hizo cambiar las bases de una nación (Roma) haciendo que Roma dejara de ser lo que una vez fue convirtiéndose en
algo completamente nuevo, sufriendo una “regeneración”. La nueva nación romana ya no abrazaría más las antiguas instituciones romanas.
El otro ejemplo que se debe mencionar es el de la revolución francesa, la cual representa en realidad una contra revolución, pues es un deseo de volver a las instituciones anteriores al cristianismo, rechazando de pleno cualquier institución cristiana y, por tanto, a la nación cristiana misma. Los revolucionarios franceses se esforzaron en redefinir las instituciones de manera positivista, esto es, inventándoselas artificialmente e imponiéndolas, haciendo que sus instituciones, y por tanto su “nueva” nación (supra-institución), sean cosa artificial y no fruto de un orden espontáneo. Así se puede entender la ineludible necesidad revolucionaría de hacer uso de la fuerza brutal, puesto que como no era cosa espontánea, se necesitaba de la brutalidad para establecer las nuevas instituciones.